Administrador
de The Hood, cuenta con una gran trayectoria en el mundo del arte urbano, Frech,
ha impulsado este lugar otorgándole un concepto genial. Inicialmente solo se
trataba de una tienda de ropa, de apenas 2X2 metros, iniciada por su compadre, Leonardo Méndez Castellanos. Ahora es uno de los centros de tatuajes y
perforaciones más conocidos e importantes de Cancún.
Frech
ya venía realizando arte desde tiempo atrás de sumarse al proyecto The Hood que
conocemos ahora, él era muralista, pintor, hacía grafitis y desde que inició
sus labores creativas se manifiesta como un artista versátil.
Desde esos
tiempos ha recibido sin anestesia la crítica de sus allegados, lo que le ha ayudado
a ser autocrítico. Una de sus mejores críticas ha sido su propia madre. Él
trabajaba a domicilio cuando inició en el arte del tatuaje y se sumó al proyecto de The
Hood, el cual se inició con los esfuerzos de Leonardo Méndez.
Para Frech integrar a un nuevo miembro al
equipo de The Hood no es una cuestión sencilla, ya que como él mismo explica, su
visión no se basa únicamente en lo lucrativo, siendo que él además de
administrar también tatúa, cuenta con la sensibilidad de artista trabajador y puede detectar detalles
importantes y analizar si alguien cumple la expectativas para un lugar
propositivo y de calidad como The Hood.
Es así que la logrado un nutrido grupo de colaboradores, en su mayoría mujeres,
quienes precisamente tienen cubiertos estos importantes aspectos, de ser de estilos
propositivos y mantener una buena calidad basada en la autocrítica y el
crecimiento constante.
Ahora, con gran experiencia adquirida en ese y demás
aspectos, admite que no es sencillo encontrar al grupo de personas idóneas para
hacer equipo. El esfuerzo ha valido para que The Hood sea reconocido a nivel
nacional.
Es
curioso escuchar que Frech no tiene una meta específica a largo plazo, pero de
lo que sí está seguro es de continuar su labor al fomentar el arte del tattoo,
“por amor al arte”.
Lógicamente, ese amor al arte no significa trabajar gratis,
como muchas personas entienden, sino que, se refiere más bien, a que cada
artista cobra lo que considera, haciendo lo que le gusta y en una libertad poco
lograda en un mundo tan exigente. Así que esa pasión de índole
artística supera a la ambición sin perder el equilibrio.
Para
Frech, la trascendencia se logra “cuando se
hable de tatuaje y se diga mi nombre”, cosa que ya sucede y nos consta, por lo
que sabemos que ya está trascendiendo y lo mismo podemos decir de sus
colaboradores que conforman el extraordinario espacio de The Hood.
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