El poema y la pornografía

Con gran respeto a su tiempo, aun si es de ocio, advierto que este texto aunque pretende ser breve, contiene una inevitable densidad de índole filosófica, así que si usted solo deseaba encontrar una relación directa entras las palabras del título, expuesta de manera fácil, está en su pleno derecho y elección de continuar leyendo esto o navegar por otro lado, quizá de este mismo espacio ubicuo. 


Obra pictórica: Carlos Varela



El poema y la pornografía

Definir el significado de la palabra "poema", o de la poesía, resulta siempre una interminable equivocación paralela a un interminable acierto que a su vez puede resultar una interminable absurdidad. 

Como no se sabe bien -ni a ciencia cierta, mucho menos-, lo que es un poema, cualquiera puede escribirlo. Su aparente derecho de abstracción ha resultado en convertirse una vulneración que lo llevan a ser abusado, denigrado, roto y muerto. 

El abuso comienza desde la ignorancia y a menudo la ignorancia cobija a la inocencia; pero hay un punto en donde la ignorancia no tiene derecho a ser, como cuando alguien padece de extremada sed teniendo enfrente grandes cantidades de agua. Estamos en un mundo en el que muchas personas ya ni siquiera se enteran de que tienen sed, han logrado "reconfigurar" -pero no voluntariamente- sus necesidades espirituales y a veces, cabe mencionarlo, hasta las físicas. 

Las evidencias del abuso al derecho de abstracción de la poesía y el arte se reflejan en sus estructuras muchas veces inexistentes. Las personas que abusan de dicho derecho lo hacen tan ingenua como insolentemente; y quizá la insolencia no sea del todo voluntaria y posiblemente ni siquiera sea de manera consciente, pero ahí está, existe. 

Existe tanto que cada vez hay más obras cuya falsa elocuencia es patética y sostenida por argumentos claramente inválidos por provenir de motivos que se pueden resumir en una búsqueda de formación de un ego creativo, que pide auxilio de ser inflado por las felicitaciones. Por cierto que dicho ego no tiene nada de creativo en realidad. 

Es que aquí donde se asoma la pornografía. ¿Qué es sino una explícita fórmula para excitar y producir adicción? ¿Y qué tiene que ver la poesía con la pornografía? 

Quisiera pensar que solo es una sutil u original o tonta comparación, por el hecho de que hay muchos poemas tan burdos, explícitos y sin sutileza, como escenas pornográficas circulando por la deep web (y escapando desvergonzadamente por sitios públicos). Pero considero que tiene implicaciones mayores y un tanto antiquísimas e irreparables.

En la ausencia de la sutileza y de la belleza y de la preparación, viene, sustituyendo de forma lamentable, lo evidente, lo gráfico, lo grotesco, lo rápido, lo apresurado, la terrible prisa por excitarse y lograr un orgasmo tan ficticio como fingido. Así de prostituidos están muchos poemas, quieren ser fálicos y a la vez tener la silueta comercializada bien instalada como concepto en la humanidad para ser deseada, comprada vez tras vez como producto inagotable como la misma humanidad reproducida por deseos naturales que se explotan hasta ser contranaturales. 

Pero aun aquí parece que solo estamos comparando el poema con la pornografía. Cuando el abuso comienza la sutileza y la belleza salen corriendo, ¿qué es lo que pretende entonces un autoproclamado poeta cuya adquisición de musas imaginarias es su motor para materializarlas? Éxtasis. 

Esa es la respuesta. Como en un laberinto, la mayoría de los que habitan el mundo, sobre todo los que están a salvo de la guerra y del hambre, buscan salir de sus propios laberintos mediante una salida llamada "éxtasis". 

Esa es la búsqueda. Si el artista o el poeta están configurados mediante las grandes maquinarias históricas que han encontrado su máximo producto en la sexualidad humana, por haberse percatado de todos los morbos que puede generar, de su connotación irremediablemente natural y reproductiva, pero a la vez íntimamente (para beneficio de tales industrias) vulnerabilizada por su gran característica de abstracción de la que puede surgir algo que no se llama de otra forma sino perversión, cuyas formas son las no-formas, la excesiva libertad, la falta de parámetros, la experimentación de cosas nuevas hasta llegar a perderse en tanta búsqueda, que ya luego no se sabe lo que se está buscando. 

En esta era en que la posverdad y la infoxicación hacen de las suyas, la gente solo quiere sentirse aliviada, mediante una descarga de esa saturación de energías densas e inexplicables de la cotidianidad. Es en el entretenimiento, -entre cuyos protagonistas está el sexo, el cual es vanagloriado con fines verídicamente ambiciosos, en beneficio de seres malignos, aunque parezca exagerado como lo estoy diciendo-, en donde muchos encuentran su instantáneo pero nada eficiente alivio. 

En otras palabras, la poesía fácil, el poema fácil, el arte fácil (y ante la palabra fácil la casi obvia implicación con la falsedad), es una demostración de prisa por sentirse aliviado de sus autores. Por sentirse excitados. Por tener "buenos resultados"*. *Podría casi asegurar que con todas las interpretaciones que usted (que decidió leer hasta este abrupto final) esté teniendo. 



      




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