Amelie, a meses de la mayoría de edad

Hace ya casi 18 años llegó a las pantallas del celuloide la joya francesa “Le fabuleux destin d'Amélie Poulain” o Amelíe pa’ los cuates. Significó un éxito de taquilla al recaudar 173 millones de dólares por 10 millones de producción, y con el tiempo, se convirtió en una película de culto en el mundo entero.

Fue en octubre de 2001 cuando los cinéfilos descubrimos el fantástico mundo de Amelie Poulain, interpretada por una magnífica Audrey Tautou, quien dio vida a esta mujer que pasó su niñez aislada, pues su papá –médico- creía que esta sufría del corazón, cuando realmente ella sólo se emocionaba por estar cerca de su padre, ya que pocas eran las oportunidades para ello.  

Así, aislada del mundo, sin amigos, tuvo que crear los propios dentro de su imaginación, creciendo para finalmente mudarse y trabajar como mesera en la cafetería Des Deux Moulins, -los dos molinos, para los más terrenales-, siendo que un día, por azares del destino, se encontró una vieja cajita metálica escondida en el departamento donde vivía, y es aquí, donde inicia la aventura.

“Si encontraras una reliquia preciosa de tu infancia, ¿cómo te sentirías? ¿Feliz? ¿Triste? ¿Nostálgico?”

Esta es de esas pocas películas que vale la pena ver antes de “colgar los tenis”, y es que en muchos sentidos nos enseña lo más básico de la vida, está bien querer ser un héroe y ayudar a todo el mundo, pero antes de ello, si quieres en verdad lograr un cambio, al primero que tienes que ayudar es a ti…

Y es que esa es la premisa de esta joya del celuloide, una historia dirigida magistralmente por Jean-Pierre Jeunet, quien tiene entre su apartado como director otras películas bastante recomendadas como Delicatessen (1991) y La ciudad de los niños perdidos (1995).

Pienso que es mejor dedicarle mi vida a los demás que a un gnomo de jardín.

Cabe mencionar que Amelie no es sólo actuaciones e historia, pues su soundtrack es sublime, basado en su mayoría en piano e interpretado por un extraordinario Yann Tiersen, músico y compositor francés, el cual se alza como un símbolo del minimalismo sonoro, quien además de musicalizar Amelie, hizo lo propio con Good Bye, Lenin! y Tabarly.

“Cuando un dedo apunta al cielo, el tonto mira el dedo.”

Y tú, ¿ya viste esta extraordinaria película?, si no es así, que esperas, podemos encontrarla por el momento en el catálogo de Netflix, y de venta en Youtube por menos de 100 pesos, por cierto, esta es una historia romántica ideal para los que detestan el romance meloso hollywoodense, así que disfrútala solo o en compañía.