Por: Alí Benítez Juárez
Una obra artística puede tener un efecto trascendente o simplemente ser contemplada de manera efímera, sin mayor apreciación que la casi obligada al visitar una exposición donde la dinámica corra el riesgo de ser ficticia. El artista conformista tiende a proponer más sobre el impacto inmediato que impregnar algo duradero y productivo en su espectador. Ir más allá de la necesidad personal de atención y de nutrir el ego creativo es algo que tiene mucho que ver con los fundamentos, deseos y objetivos del creador de obras artísticas.
Es habitual que un mismo artista sufra o goce de procesos y evoluciones e involuciones, que progrese en su visión o incluso retroceda. Mayormente en todos estos cambios se va detectando la identidad del artista, su enfoque y su trascendencia; se va haciendo un nombre y una historia.
Surgen ocasionalmente personajes excepcionales que desde un principio proyectan una identidad muy propia o son criticados por tener claras influencias o las dos cosas a la vez como el caso de Steve González Santana, joven grabador y pintor cuya necesidad va más allá de lo personal y quien humildemente cree y asegura que la mayoría de las ideas ya han existido y están realizadas y por eso no teme a parecerse a alguien sino que teme, curiosamente, parecerse a él mismo, puesto que ha notado que hay artistas que se reciclan con tal de no perder ciertas características o por el simple hecho de no atreverse a generar una nueva búsqueda. Congruentemente también está en pro de una originalidad personal real e invita a nunca imitar.
Steve no le tiene miedo a lo extraño y él quisiera que nadie que se dedique a la creación artística tuviera miedo a lo extraño, estas declaraciones tienen una connotación cultural importante. Él tiene la convicción de que el arte puede revivir la cultura. Otra función del arte la ejemplifica como el poder de un telescopio en el que uno puede darse cuenta de lo que existe más allá de nuestro entorno inmediato y percatarnos de ciertas maravillas que hemos pasado desapercibidas.
Foto obtenida de la red social del artista |
Aunque inicialmente este singular artista veía su propio arte como un pasatiempo, tuvo una transformación progresiva a niveles exquisitos. Siendo una persona sencilla y gracias a su contexto circunstancial, puede ver con gran claridad sus intenciones e intereses, como el despertar en todos los sentidos y el sembrar una semilla en los espectadores quizá para que algún día empiece la sociedad a transformarse positivamente.
La cultura, como afirmó Arnold Hauser, sirve a la protección de la sociedad. Y esto lo tiene muy claro Steve González desde su enfoque personal; por eso destaca en sus obras un mensaje de identidad cultural, de las raíces históricas, de nuestros antepasados, así como también de lo extraño y lo profundo que en cada humano es sentido e interpretado de manera muy individual y muy distinta.
De manera personal y aún dentro del contexto, quiero agregar que Steve, aun siendo un artista emergente, tiene un enfoque extraordinario, una visión y una postura como creativo dignas de encomiar y felicitar (nos fue placentero platicar con él en la entrevista que le realizamos, acompañado de la ubicua y talentosa Doris Anaid); le seguiremos la pista y deseamos que siga nutriendo con su aportación a la cultura de México.
De manera personal y aún dentro del contexto, quiero agregar que Steve, aun siendo un artista emergente, tiene un enfoque extraordinario, una visión y una postura como creativo dignas de encomiar y felicitar (nos fue placentero platicar con él en la entrevista que le realizamos, acompañado de la ubicua y talentosa Doris Anaid); le seguiremos la pista y deseamos que siga nutriendo con su aportación a la cultura de México.
1 Comentarios
Excelente talento de mi sobrino, y que grato fué para mí al ir a una exposición de arte y ver que la primera obra era de él.
ResponderBorrarSé que le criticaba sus dibujos pero él sabía que eran críticas constructivas.
Estoy muy orgulloso de él.